2.300 familias de Mozambique trabajan junto a Madre Coraje, la AACID y Diputación de Granada para impulsar sus comunidades

Un total de 2.300 familias en Mozambique, de las aldeas de Chilaulene sede, Zimilene y Mahielene, han trabajado junto a la ONG para el Desarrollo Madre Coraje y la Asociación para el Desarrollo de las Comunidades Rurales (ADCR) para impulsar sus comunidades dándoles a la mujer un protagonismo básico y fundamental, ya que “el hombre toma las decisiones en todos los aspectos de la vida familiar y comunitaria, y ostenta los principales cargos de dirección en las asociaciones agropecuarias, y liderazgos comunitarios”, explica Álvaro García, Técnico de Proyectos de Madre Coraje en Mozambique. Este proyecto ha recibido la financiación de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional y de Diputación de Granada.

Para lograr el desarrollo de estas comunidades se ha apoyado a ocho asociaciones agropecuarias, se ha promovido la participación de la mujer en la comunidad, se ha fomentado la formación en el manejo sostenible de los recursos y se ha impulsado la educación como pieza clave para avanzar.

Aunque la zona tiene un enorme potencial, la agricultura está limitada a dinámicas familiares con escasos recursos y fuertemente dependientes para disponer de insumos básicos y la pesca está condicionada por no contar con técnicas de congelación y conserva, reduciendo enormemente las posibilidades de comercialización. “Las acciones promovidas por este proyecto están traduciéndose en un aumento del 150% de las superficies cultivadas y ya empieza a notarse en los últimos registros obtenidos de cereales y legumbres, base nutricional de las comunidades locales”, añade García.

Las asociaciones de pescadores también han dado un salto cualitativo al disponer de sistemas de refrigeración del pescado y un punto de venta tanto para la comunidad como para “gente de fuera”. Además, se están construyendo tanques piscícolas para la producción de pescado, cuya producción se destinará al consumo y a la venta.

Por otra parte, se han construido 6 salas de aula que permitirán que 600 nuevos estudiantes puedan aprender en condiciones adecuadas. Igualmente, se ha construido un bloque administrativo para personal docente y administrativo.

“Estamos trabajando en la promoción de la reflexión conjunta de hombres y mujeres y en la diseminación de la legislación existente en el país como herramienta de salvaguarda y promoción de los derechos de mujeres y niñas. Ya se ven algunas implicaciones del trabajo, como el aumento de mujeres que ocupan cargos de liderazgo y gestión comunitaria”, concluye García.

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