¡Feliz 60 cumpleaños, Mª Elena!

60 años después del nacimiento de una de las activistas más destacadas de la historia peruana: ¿cómo perdura su legado hoy, a solo un paso de ti? Aprovechemos el cumpleaños de uno de nuestros ejemplos más importantes para
volver a nuestras raíces. En las palabras de nuestro fundador Antonio Gómez, el sentido de pertenencia a la Asociación nace de la identificación con su origen, su ideología y sus características especiales. ¿Y quién podría ser un mejor ejemplo para extraer estos principios que María Elena Moyano?
Cuando recordamos a las grandes figuras que han dejado una marca importante en nuestra historia, solemos pensar primero en sus hechos heroicos, sus sacrificios, su rol social. Pero en realidad María Elena Moyano fue una persona corriente en su comunidad, sometida a los mismos problemas que cualquier otro. Creció en una familia de 7 hijos y vivió una vida dura, tenía dos hijos que cuidar, una vida privada difícil detrás la fuerte figura pública. Lo que la diferenció de los demás fue su iniciativa e impulso para actuar. Conmovida por la situación en su comunidad, puso en marcha campañas y asociaciones tan variadas como la Federación de Mujeres de Perú, decenas de comedores populares y comités del Vaso de Leche (una iniciativa que trabajaba para garantizar un vaso de leche a los más vulnerables todos los días).
Más importantes quizás que todo eso fueron sus valores y los mensajes que dejó. Con su fuerza moral pese a su origen desfavorecido, su paz frente al terror y su pionera contribución a la lucha por el rol de la mujer en la sociedad y la igualdad entre clases sociales, María Elena Moyano encarnó la determinación, la resiliencia y la solidaridad. Todo eso le mereció el apodo Madre Coraje.
La admiración por esta mujer inspiró el nombre de una organización que acabaría con 19 delegaciones en España, y proyectos que se extienden por 3 continentes con unos 300.000 beneficiarios. Hace 27 años, Antonio Gómez Moreno, afectado por la imagen de niños de tan solo 6 y 7 años buscando comida en los vertederos durante una visita a Perú, los llamados “niños piraña”, tomó la iniciativa de actuar y fundó la asociación Madre Coraje. Siguiendo los
pasos de la activista peruana, la solidaridad, la igualdad y la gratuidad son la esencia de nuestra asociación. Con su sede central en Jerez, llevamos 27 años construyendo y ampliando una familia de alrededor 3.000 voluntarios y socios en Andalucía y por toda España.
En Madre Coraje se unen a la vez el apoyo a comunidades lejanas a más de 9.000 km de nosotros, comunidades aquí en España y a nuestro planeta. Y sin embargo, sea cual sea el proyecto, el voluntariado está siempre completamente implicado en cada etapa del proceso: desde la recogida de la ropa y aceite que vosotros donáis hasta su clasificación y venta en nuestros mercadillos solidarios, cargando camiones con ropa para reciclar (¡con un récord de 17.280 kg en un camión!), o empaquetando cajas de ropa y otros artículos básicos aquí en nuestras Delegaciones en España que llegarán a nuestros beneficiarios en Perú. En cuanto a lo local, nos acercamos a la naturaleza con los ecohuertos. En Granada, por ejemplo, trabaja nuestro voluntariado y personas beneficiarias de la Asociación Calor y Café. Donamos nuestros productos a Calor y Café así ayudamos a personas sin techo. Finalmente, alcanzamos a aún más gente con el área de Educación para el Desarrollo y la Ciudadanía Global, con talleres que abordan temas tan variados como el reciclaje, la igualdad de género y la integración social.
Finalmente, del mismo modo que los valores y mensajes de María Elena Moyano perduran tanto como sus acciones, lo que destaca aquí en Madre Coraje es la familia que hemos construido a través de nuestro trabajo, y la recompensa de estar tan conectados con los beneficiarios de nuestro trabajo, de ver lo que pasa “detrás de las bambalinas”.
Aquí florece la oportunidad de conocer a la gente de todos ámbitos de la vida, unidos con la meta común de
mejorar nuestro mundo poco a poco. Queremos invitaros a uniros a nosotros.
María Elena Moyano vio de primera mano la situación en que vivían sus conciudadanos, y Antonio Gómez Moreno tuvo una experiencia transformadora durante su visita a Perú. No todos tenemos esa suerte. Pasamos toda la vida esperando a que algo cambie, esperando un impulso para avanzar, pero ¿por qué no ser nosotros este impulso?
Siempre hablamos de la igualdad en la vida que cada uno merece vivir, mientras ignoramos la igualdad en la responsabilidad que todos compartimos para conseguirla. Al fin y al cabo, mientras más esperes, más tardarás en unirte a un grupo de gente tan sincero y acogedor y una causa tan valiosa.
Texto de Órla Miller, voluntaria de Madre Coraje Granada.